domingo, 24 de octubre de 2010

Hot captcha

CAPTCHA: Completely Automated Public Turing test to tell Computers and Humans Apart. Es decir, los típicos formularios que incluyen una imagen con letras deformadas y una caja de texto para que el usuario escriba dichas letras y así confirmar que es un ser humano y no un malvado robot tratando de conquistar el mundo o exceder el límite de descargas de megaupload.

No siempre es fácil entender el texto.

Sin embargo, los robots se están haciendo más inteligentes. Hay scripts que ya leen los tipos de captcha más comunes con un indice de aciertos superior al 93% (es decir, mejor que los humanos).¿Quién nos salvará de los robots? ¿Arnoldo? ¿El capitán planeta? No. La respuesta es el Sexy o no. Por que los bots pueden ser el doble ágiles, tres veces más fuertes y al menos tan inteligentes como nosotros, pero hay algo que no pueden hacer: No se ponen cachondos.

"Rachael, pasemos a la siguiente pregunta del test para replicantes. En una escala del 0 al 10, ¿Cómo de cachonda te pongo? No escatimes en detalles."
Todo gracias a un gran invento: el hot captcha. El hot captcha toma nueve fotos de la web hotornot, seis con una puntuación muy baja y tres con una muy alta, e inquiere al presunto bot cuáles son las tres buenas. Así que ya sabéis, si os gustan los hombres con 'una nariz con carácter' o 'las chicas entradas en quilos', no es que seáis unos desviados, sois unos bots.

El invento en todo su esplendor.
¿Pero y si una fea con muchos amigos ha obtenido una puntuación alta, por ejemplo? ¿Recuperará su ego a costa de que sentencien al desguace a algún pobre incauto? ¿Y si has elegido la prueba con personas de tu propio género y te encuentras a ti mismo/a? ¿Admitirías ser un engendro o preferirías ser confundido con un bot?

Aparte de estos detalles, hay otro que riza el rizo de lo inquietante que resulta el hot captcha. El lector avispado ya lo habrá visto en la foto. El muy avispado incluso habrá intentado hacer click en él. Me refiero a los enlaces de 'meet me' (conóceme) que hay bajo cada foto. Es decir, que el hot captcha no solo te permite probar que eres humano, si no también ligar. Lo malo, si la relación se consolida, es cómo explicarle a tus hijos cómo se conocieron papá y mamá. De hecho así es como acaba HIMYM. Ted les larga a sus hijos quince temporadas de culebrón y en el season finale les cuenta que la conoció a través del hotcaptcha. Y por supuesto siempre tendrás la duda de si es un robot. Claro, podrías someterla a un hot captcha pero... ¿y si a través de él conoce a otro que está más bueno que tú?

Como bonus, adjunto esta imagen que he encontrando investigando el tema y cuyo autor no he conseguido identificiar, pero que es sencillamente brillante.

martes, 12 de octubre de 2010

Callejeros Karaoke.

Faltó poco para esto.
Todo aquél que frecuente mínimamente los Karaokes sabe que en todo karaoke que se precie siempre hay un friki (entiéndase friki como 'personaje pintoresco'). Con suerte, será un gentelmán casposo y no un completo inadaptado social. A menudo cantará bien, sea debido a su asiduidad o a que precisamente ha acudido al karaoke para explotar esa cualidad innata. En ocasiones invitan a las mozas de buen ver a cantar con ellos, aunque la mayoría se conforma con unos minutos de atención y aplausos.

Sin embargo, con lo que me encontré este domingo en un Karaoke coruñés es sencillamente demasiado. Como sugiero en el título del post, podría haberse rodado un capítulo de Callejeros en aquél local. Entré acompañado por mi hermana y una amiga y, nada más sentarnos, nos abordó un tipo alto, regordete, con gafas de culo de vaso y una constante risa entrecortada que dejaba al descubierto unos dientes que parecían llevarse muy mal entre ellos. Se presenta, invita a la amiga a cantar una canción juntos y en petit comitè (es decir, salpicándome de cubata al hablar) me pregunta cuál es mi novia. Le aclaro la situación y él me explica que va de buen rollo y se ríe como el flipy. Le digo que no pasa nada y me responde que mejor preguntar que meter la pata luego, tras lo cuál se ríe de nuevo. Asiento y me comenta que alguna vez le ha pasado y no quiere líos, y vuelve a reírse. Respondo con un 'ahá' y continúa contándome que es muy respetuoso con esas cosas y se ríe. Esto se prolonga hasta que me planteo darle un preservativo y gritarle que como si se la tira ahí mismo pero que por favor me deje en paz de una vez. Cuando ella accede a cantar con él, se va al cuarto de baño, de donde vuelve frotándose la nariz y dando saltos. No bien mi amiga termina de anotar la canción, aparece ante nosotros un tipo de unos cincuenta años, con una barba digna de un enano y un traje que había conocido tiempos mejores. Dice que la ha visto escribir con la mano izquierda y que siempre le ha intrigado cómo hacen los zurdos para escribir con la izquierda. Ella trata de pasarme el muerto diciéndole que yo soy zurdo también, pero, inexplicablemente, él no parece tan predispuesto a hablar conmigo. No le damos conversación y el hombre acaba marchándose. Mi amiga y el primer personaje cantan su canción y, tras muchas alabanzas él vuelve a su rincón y llega el novio de ella. En ese momento pasa otro barbudo, éste en chandal, con una sonrisa nos dice al pasar algo que no entendemos. Ante nuestro estupor, el tercer personaje lanza otra frase ininteligible y huye. Tras eso, el segundo personaje vuelve, trayéndose esta vez consigo a una mujer de más o menos su edad que, según nos explica, también es zurda. Le pide a mi amiga que escriba algo para ver cómo funciona la cosa y yo que empiezo a estar un poco mosca. le corto y le digo, con toda amabilidad, que no hay nada que ver, que escribir con la mano izquierda es igual que hacerlo con la derecha solo que con otra mano. Mi amiga corrobora mi historia con su mejor sonrisa y esperamos ganarle por agotamiento de nuevo. En seguida se levantan y se van. Como no estamos muy cómodos con el ambiente del local, nos planteamos irnos, pero el caso es que había visto entre el repertorio Hardrock Hallelujah, de Lordi y me negué a irme antes de cantarla. El novio de mi amiga decide ir a hablar con quien pone las canciones para ver si se puede acelerar la cosa y yo le acompaño. Por el camino, el tercer personaje vuelve a decir algo ininteligible a mi paso. Le digo si puede repetir, que habla muy bajo, y me acerco, a lo que él responde que 'le gusta hablar poco y bajo'. Finalmente ponen mi canción y otra que ha pedido mi hermana, y el primer personaje regresa para alabar de nuevo a mi amiga, decirle a mi hermana que le falta sentimiento y a mí que 'a tí ya no te digo nada'. Luego palmea vigorosamente la pierna del novio de mi amiga y dice 'Vaya suerte que tienes, chaval' y se despide.

Tras esta experiencia se me plantean varias cuestiones que desafío a mis lectores para que traten de darles respuesta en los comentarios: ¿Qué decía el personaje de los susurros? ¿Acaso se metía con nuestras madres? ¿Quién era el tipo del traje? ¿Sería lo de los zurdos una mera excusa para hablarnos? ¿Tal vez sea un importante investigador científico de karaoke? ¿Tendrá un fetiche sexual con las mujeres que escriben con la mano izquierda? ¿Cuál sería su relación con la mujer que le acompañaba? ¿Sujeto de estudio? ¿Ligue de una noche? ¿De qué se reía el primer personaje? ¿Por qué siempre hay un friki en el karaoke? ¿Porqué esa vez había tantos? ¿Por ser Domingo de madrugada? ¿Escribirán estos personajes en sus blogs acerca del peturbado con el que se encontraron esa noche?

Lo que está claro, es que los niveles extrañeza esa noche alcanzaron niveles astronómicos.

jueves, 7 de octubre de 2010

Un malentendido como muchos otros.

Después de echar una ojeada por la librería, el tipo se acerca al mostrador y pregunta:
-¿Dónde tenéis a Punset?
 La dependienta parece aturdida durante un segundo. Luego sonrie y mete la mano bajo el mostrador. Se escucha el chasquido de un botón y cae del techo un ninja que deja al tipo dormido con cloroformo.
En la trastienda, bajo unas alarmantes luces rojas intermitentes, hay un hombre trajeado con bate de béisbol en la mano. Se inclina con gesto amenazador sobre un anciano que tiene el poco pelo que le queda encrespado. Está atado a una silla y amordazado.
-No sé que truco científico estás usando para que nos encuentren en cada librería en la  que te escondemos, Eduard, pero eso se ha acabado.

domingo, 3 de octubre de 2010

American Pie 8

Poner esas caras en las carátulas ayuda al bonobo medio
a distinguir una comedia de una peli de Tarantino.

Si, ya van por la 8. Yo que me había quedado en la 3 y ya sobraba, ¿era necesario hacer cinco más? ¿Qué visión tan prodigiosa y utópica le habrán inspirado los cielos al guionista o productor para que no ceje, película tras película, en su empeño de llevarla a cabo? Necesitaba saberlo. Por ello me documenté acerca de qué van las cinco películas. Al parecer, no continúan con la cuadrilla inicial de Jim, sino que pasan a la del hermano de Stifler... y luego a su primo, luego a uno que quiere entrar en una hermandad universitaria presidida por un algún Stifler, y luego con unos que encuentran el libro que siguió la cuadrilla inicial, y en la ocho ya pasan de todo y va de unos golfistas y punto. Que después de siete pelis ya nos conocemos y sobran la vaselina y las explicaciones.

Así que se me ha ocurrido ponerme el halo profético a mi también: me he dejado barba, he ayunado (recordemos que las croquetas de jamón son un paradigma de pureza y por tanto no rompen el ayuno) y no me he duchado en tres días. Como resultado, profetizo los siguientes títulos para la saga:


American pie: Despiporre en el Asilo

En nuestra cuadrilla, ya octogenaria, reina la preocupación porque todavía no lo han hecho nunca en la sala de actividades comunes de la residencia, delante del animador que les enseña bailes de salón, y están en una época de su vida que quieren vivir al máximo.

Jim, en una peregrinación al Vaticano pidiendo una erección, se empieza a masturbar pero pierde el equilibrio y atraviesa la pared de la habitación, cayendo con el trasero sobre una estatuílla de la virgen de Fátima. El suelo se derrumba y acaba delante del Papa en plena misa televisada en honor a los muertos en un atentado terrorista. Afortunadamente, el espíritu de su padre se les aparece y lo arregla todo explicando que es normal que un chico con las hormonas revolucionadas como solo se tienen a los ochenta y tres años se la casque metiéndose figuras de la virgen por el culo en ceremonias religiosas por las víctimas del terrorismo. Michelle, a pesar de haber muerto y sido incinerada, vuelve a ser su última opción para no acabar con los huevos negros. Por lo menos no metafóricamente.

Finch, que sigue obsesionado con las milfs, se tira a la nieta cuarentona de Stifler.

Stifler, por su parte y para regocijo de todos los que disfrutan viéndole sufrir por que se lo merece por ser tan chulito, participa involutariamente en un video que será conocido en internet como 2girls1cup 2: 2boys1stifler1pileofpukedshit.

De los otros dos no me acuerdo porque son un coñazo. Pongamos que uno tiene una crisis de celos con su novia y al otro los rayos gamma le han vuelto mudo e invisible, por ejemplo. Será un papel para un actor que quiera probar los límites de su capacidad interpretativa.

Al final, todos se ven enriquecidos por la experiencia y pueden pasar página, justo a tiempo ya que los mata un escape de gas.
Termina con el trailer de 'American Pie: Zombies de marcha'

American pie: The great boner- El hijo del cuñado del cirujano que le extirpó los ojos al animador que enseñaba bailes de salón en el asilo de 'Despiporre en el asilo' y sus cuatro amigos aficionados a la necrofilia extrema deciden unirse a una partida de paleontólogos que van a desenterrar a una especie desconocida de dinosauro. Su intención, sacarse los créditos que les faltan de la carrera, por supuesto. A pesar de sus tendencias son muy respetuosos y nunca se tirarían el esqueleto de un dinosaurio por mucho que les atraiga.
Al final, se ven enriquecidos por la experiencia y pueden pasar página.


American pie: Angels Tweets- Cuatro modelos de lencería de Victoria's Secret buscan mantener relaciones sexuales por primera vez (esa semana) sin mirar con quién. La película, que transcribiré al twitter al estilo de mi colega Alan Zmud, consta de dos fotogramas, éste y luego éste.
Al final, los frikis del twitter se ven enriquecidos por la experiencia y ellas deciden no entrar en internet nunca más.