miércoles, 5 de noviembre de 2008

La teoría de los tres pilares de la felicidad.

En esta ocasión voy a revelaros, nada menos, que el secreto de la felicidad. Espero que os sirva de mucho provecho ^^.

Lo primero, el astuto lector se habrá dado cuenta de que la teoría se llama claramente "de los tres pilares", pero en la foto aparece el arco del triunfo. (Sigue así de observador, amigo mío)

Ésto se debe a que, más que tres pilares, se trata de un concepto principial (la piedra angular) apoyado por otros dos conceptos contrapuestos en equilibrio (los extremos del arco). Teoría de los tres pilares suena muy sólido. Teoría del arco de la felicidad suena muy gay.

Sin más preámbulos, paso a detallaros cada uno:

Piedra angular: El pensamiento positivo. El pensamiento positivo es la clave de la felicidad. Solo teniendo un punto de vista positivo podemos ser felices. Para esto tengo una metáfora que mola cantidad: Tu felicidad es como una vela, como una llamita que llevas en la mano. Si la proteges bien, aunque estés en medio de un vendaval, tu llamita permanecerá encendida. Puede que titile, por que por muy bien que la protejamos, siempre le va a afectar el entorno; pero esa influencia puede y debe ser minimizada (luego comento cómo). Si, por el contrario, tú mismo soplas sobre tu llamita, la apagarás a lo tonto.

Hablando claramente, digo que el pensamiento positivo lo es todo por que, aún cuando nos vayan mal las cosas, si somos capaces de pensar en lo bueno seremos felices, sin embargo, si nuestra mentalidad es negativa, no importa cuantas veces nos bendigan los cielos, seremos desgraciados. Pero claro, somos humanos, es normal que seamos más felices cuando las cosas nos van bien y que nos entristezca que nos vayan mal. No se puede negar la influencia externa, pero se puede minimizar. Podemos dejar de soplar sobre nuestra vela y empezar a protegerla y mimarla.
¿Y cómo se consigue eso?
Con lo que yo llamo higiene mental. Nadie mejor que Mahatma Gandhi para explicárnoslo:

Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras
Cuida tus palabras porque se volverán actos
Cuida tus actos porque se harán costumbre
Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter
Cuida tu carácter porque formará tu destino

Así de simple y así de díficil. Ten pensamientos que lleven a la felicidad y serás feliz. Pero los pensamientos son escurridizos como anguilas untadas en vaselina dentro de un barril de aceite sobre una alfombra de pieles de plátano. Controlarlos cuesta. La única manera es auto analizarse todo lo frecuentemente que sea posible. Tu jefe te grita, te imaginas aplastándole la cabeza con la fotocopiadora mientras pide socorro y entonces le... ¡oooops! ¿Es éste un pensamiento positivo? ¿Te llevará a la felicidad?
Muchos diran: 'No, pero qué bien sienta.' Pero yo discrepo totalmente. No sienta bien, pero sienta mejor que controlar tus pensamientos por que es más cómodo. Produce una pizca de placer ahora, y nos amarga para el resto del día. Tal vez podríamos estar dedicando nuestra poderosa mente a algo más productivo para nuestra felicidad como buscar otro trabajo, pero es mucho más fácil desahogarse mentalmente, ¿verdad?

He puesto el ejemplo más tópico que se me ha ocurrido, pero podría aplicarse también a cuando una mujer nos rechaza y sentimos el impulso de impresionarla, aunque sea negativamente; o cuando nos dejamos llevar por el desánimo al fracasar cuándo tratábamos de alcanzar alguna meta.

Recuerdo también que la mayoría de las monitis que he tenido (y sospecho que cualquier obsesión en general) se debieron no sólo a toparme con una chica estupenda, sino a tener tiempo libre para comerme la cabeza pensando en ella. Si uno aplica una buena higiene mental puede reencauzar su mente de líneas de pensamiento que le llevarán a sufrir a líneas de pensamiento que le alegrarán.

En la próxima entrega, las otras dos columnas que nos ayudarán a sostener el pensamiento positivo desde dos frentes opuestos.

3 comentarios:

Alan dijo...

Muy bueno el post. Mientras espero con impaciencia la continuación, amplío uno de los temas que comentás aquí en mi blog. A ver qué te parece la reflexión.

Saludos.

Anónimo dijo...

Saludos Petur, ciertamente un blog interesante. Gracias por tu visita.

Anónimo dijo...

...los pensamientos son escurridizos como anguilas untadas en vaselina dentro de un barril de aceite sobre una alfombra de pieles de plátano
¿La metáfora es tuya? ¡Me encantó!
(y el post también of course) :-)

P.S. como siempre, llego aquí desde el blog de mi hermano. Cordiales saludos ^.^